Tenemos que empezar un negocio solidario porque tenemos en la sangre las ganas de independizarnos ayudándonos mutuamente.
Porque ya no podríamos hacer otra cosa, nuestro carácter nos empuja a poner en marcha los proyectos que nos inventamos.
Pero no nos equivoquemos. Si nuestras razones son que vamos a ganar mucho dinero y fama, que tendremos una vida llena de días de ocio y tranquilidad, que podremos trabajar mucho menos que hoy, que estemos hartas de nuestros jefes o de quedarnos en la casa sin hacer nada, sencillamente es mejor preguntarnos si ser empresaria es verdaderamente lo nuestro.
Porque al principio no tendremos nunca suficiente plata, nadie nos conocerá, vamos a tener que trabajar sábado, domingos y festivos levantándonos muy temprano y acostándonos muy tarde, que en vez de jefes o compañeros tendremos muchos clientes los cuales tendremos que satisfacer.
Si sabemos esperar y aprender con paciencia a desenvolvernos eficaz y organizadamente, de pronto llegaremos a gozar de algunas de las ventajas por las cuales las personas idealizan el ser empresario. Dinero, fama, tiempo libre, libertad son algunos resultados de un trabajo bien hecho con pasión. Lo principal es que nos realicemos plenamente gracias a lo que hacemos juntas.